domingo, 7 de septiembre de 2008

San Cristóbal y sus casas


Sin duda alguna una de las características que más identifican y diferencian de otros lugares a San Cristóbal de Las Casas es su arquitectura, principalmente en cuanto a edificaciones religiosas se refiere, como es el caso del templo de San Nicolas construido entre 1613 y 1620, muestra del estilo barroco es el templo de Santo Domingo de Guzmán (recientemente restaurado), o la Catedral construida hacia la segunda mitad del siglo XVII y que se ha convertido en ícono de Chiapas; de igual manera resulta importante mencionar al arco Mudéjar ubicado a un costado del templo del Carmen además de los templos de Caridad, San Francisco y el de La Merced que conservan en su interior invaluables piezas de arte sacro y muestran los distintos estilos arquitectónicos utilizados en el devenir histórico de esta ciudad.
La incansable mescla de europeos, etnias indígenas de la región y de las traídas del centro del país en época de la conquista hicieron de este lugar un mosaico humano, cuyo mestizaje racial y cultural se refleja en la riqueza de sus edificaciones, en el colorido y complejidad de sus artesanías, en su cocina y en el carácter de su gente.
Más allá de sus construcciones de índole religioso, San Cristóbal se distingue por conservar su aspecto añejo y una evocadora imagen colonial en su arquitectura civil que va del estilo plateresco al neo clásico con sus casas de grandes corredores, techos rojos y colores que en perfecta combinación matizan y dan vida a las enredadas vialidades por las que a lo largo de casi cinco siglos han caminado miles de personas provenientes de todos los rincones del planeta.
Si bien es cierto, que al pensar en las casas de San Cristóbal, por lo menos en las de su centro histórico, vienen a nuestra mente imágenes mentales de pórticos, ventanas y balcones de madera que han perdido sus vivos colores dando paso a tonalidades que solo con el transcurrir del tiempo fue posible lograr, hoy, por sus antoñonas calles observamos como el entorno se ve agredido por las modificaciones sufridas en fachadas, puertas, interiores y hasta en los colores de muros, ya sin decir de la excesiva contaminación visual dada por los anuncios, letreros, graffitti’s y demás elementos que contrastan con la tradición del Valle de Jóvel.

“San Cristóbal escogió plasmar su sueño eterno en la fragilidad efímera del barro, de la paja, del huevo, y de expresar nobleza con boñiga de caballo... Aquí la imaginación, su única salida genera el arte desde el seno de la marginación”. André Aubry

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