domingo, 14 de septiembre de 2008

LA PILA, UNO DE LOS BARRIOS MÁS ANTIGUOS EN COMITÁN.

Sin temor a equivocarse, uno de los barrios más representativos de Comitán de Domínguez es el de La Pila en el que se venera a San Caralampio, caracterizado por sus tradiciones y clásico ambiente provinciano que revive y nos transporta a épocas pasadas.

Cuenta la leyenda que cuando los exploradores españoles llegaron a estas tierras en compañía de indígenas de regiones previamente conquistadas se encontraron con un terreno hostil de cierta aridez plagado de plantas con espinas, bajo un inclemente sol, además de bichos que dificultaban su avance, contrario a lo que suponían hallaron un enclave Maya llamado “Junchavin” situado en la parte norte de la actual ciudad, (hoy en día aun podemos observar las ruinas de este centro ceremonial próximo a la salida que conduce a San Cristóbal), el problema que veían los expedicionarios eran los sitios para abastecimiento de agua, hasta que un día siguieron el rastro de un felino, que según la tradición oral era un puma (León dicen los más viejos), animal que los condujo hasta lo que hoy se conoce como La Pila, encontrando una especie de rio subterráneo que les permitió tener acceso al vital liquido y por tanto se reconoce este suceso como el que dio pie a la fundación de Comitán.


Situado a unas cuadras del centro de la ciudad, este es uno de los nueve barrios que identifican a la antigua Balun Canan, se caracteriza por sus estrechas calles empedradas de pendientes pronunciadas y arquitectura que retoma elementos de la región acoplándolos al más puro estilo del viejo mundo, además es el sitio por excelencia al que los comitecos y visitantes de poblaciones vecinas acuden para hacerse un corte de cabello por encontrarse ahí gran número de peluquerías.


Entre las historias que platican los habitantes del barrio se encuentra la que versa sobre la llegada de la imagen de San Caralampio, cabe mencionar que es un santo ortodoxo que no existe en el santoral católico, refieren que a mediados del siglo XIX un soldado la llevaba consigo y don Raymundo Solís habitante de esa zona se convierte en ferviente admirador por lo que le pidió al soldado se la vendiera, posteriormente hace una replica que lleva hasta su rancho en el que es nombrado patrón del lugar. Cuentan también que por aquella época la viruela y el cólera azotaron a Comitán causando estragos en su población, dándose la casualidad que en el lugar donde se veneraba el santo no se registro ningún caso de estas enfermedades, hacia 1852 comienza a edIficarse el templo de estilo neo clásico que podemos admirar hoy en día.

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