jueves, 11 de septiembre de 2008

GRAFFITI, ARTE URBANO O SIMPLE VANDALISMO.

Hay que conocerlo para poder juzgarlo.
Son diversas las manifestaciones culturales en las que nos vemos inmersos actualmente, sin duda alguna ,la influencia extranjera permea los diferentes núcleos que componen a la sociedad a través de lo que los medios masivos de comunicación nos imponen y son los jóvenes quienes mejor se adaptan y adoptan a estas nuevas culturas sus expresiones artísticas.

Uno de los temas que más controversia levantan entre los diversos actores de la sociedad es el que se refiere al llamado “graffiti”; movimiento nacido durante la segunda mitad del siglo pasado, ligado a las artes plásticas, principalmente a la pintura o como sub categoría de ella, es también estrechamente vinculado al Hip Hop, para algunos arte, para otros vandalismo.

En nuestro Estado el graffiti comienza a popularizarse por 1994, año en que personajes relacionados a esta expresión cultural provenientes de los Estados Unidos de América y Europa llegan a estas tierras a raíz del movimiento armado, uno de los más reconocidos y recordados hasta estos días es “NUK”, chicano de nombre Enoch que radica durante más de un año en San Cristóbal y promueve la realización de murales en diversos edificios y paredes de la colonial ciudad, además de enseñar diferentes técnicas a jóvenes sancristobalenses que hasta el día de hoy continúan dándole color a las calles.


Drama, Nose y Fredy son parte del SK (Spray Komando), grupo de amigos que entre otras cosas comparten el gusto por el arte callejero desde hace cuatro años, y mientras pintan una “pieza” previamente diseñada en boceto, y con el permiso de los dueños de la casa nos explican la diferencia entre ellos y los taggers (de tag que en inglés significa etiqueta o placa), que son las personas que se dedican a plasmar su firma en casi cualquier sitio utilizando tipografía estilizada ya sea con pintura en aerosol o marcadores permanentes, no realizan trabajos complejos, murales, sino solo firman y normalmente son los que ensucian la ciudad, “comúnmente los taggers son chavitos de secundaria que están empezando, solo rayan palabras, su nombre o su apodo, y van creando códigos que los identifiquen” nos comenta Nose, mientras rellena parte del dibujo que realiza.

Para SK resulta de gran importancia que la gente se de cuenta que no todo es vandalismo, “nosotros nos esforzamos por hacer un trabajo que le agrade a quien lo vea, y mejor si capta el mensaje que queremos dar”, nos dice Fredy, quien en múltiples ocasiones a sufrido del acoso de la policía aun contando con la autorización de los propietarios de bardas en las que ha demostrado su habilidad con el spray.

Finalmente, los graffiteros piden a las autoridades brindar espacios para este arte, “aunque a ellos no les guste y no tengan suficiente criterio para entender nuestros mensajes deberían darse cuenta que somos muchos chavos metidos en esto, es una forma valida de expresar lo que pensamos, si de verdad quisieran solucionar lo que para ellos es un problema deberían dar apoyo y no solo criticar y enviar a la policía” afirmaron.

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