domingo, 28 de febrero de 2010

CELEBRARON A LA VIRGEN DE LA CARIDAD EN SU DÍA

Es reconocida como patrona de la ciudad
Con suma emotividad, los creyentes de San Cristóbal de Las Casas y alrededores, celebraron este 21 de noviembre la festividad consagrada en honor a la Virgen de La Caridad, venerada por indígenas y mestizos, declarada como patrona y protectora de la ciudad.



Desde días previos el templo edificado en el siglo XVII, a un costado de Santo Domingo, en el parque de La Alameda, donde antiguamente funcionó el primer hospital que dio atención a los indígenas de la región y a los traídos por los conquistadores ibéricos a Hueyzacatlán, es visitado por cientos de feligreses que llegan desde distintas regiones del Estado para visitar a la virgen reconocida por anteceder en difíciles situaciones.

El día previo a la fiesta, los artesanos que habitualmente ofrecen sus productos en las zonas aledañas a la fachada del templo, trasladan sus vendimias a otras zonas de La Alameda para dar espacio a los creyentes que acuden durante estos días, quienes se encargan de la cohetería y colocación de arreglos florales, además de facilitar la presentación de los conjuntos marimbisticos comunes en las celebraciones de los chiapanecos.


Por su ubicación geográfica el templo de Caridad no pertenece a ninguna de las demarcaciones tradicionales, se encuentra justo entre los barrios de Mexicanos y El Cerrillo, es un punto de encuentro de creyentes de la ciudad y de las comunidades tsotsiles que rodean a San Cristóbal debido al significado que la virgen de Caridad tiene entre las etnias de los altos de Chiapas.

En su novela Oficio de Tinieblas, Rosario Castellanos plasma una de las rebeliones Chamulas en contra de los “ladinos” o “caxlanes” de Jovel, es ahí donde la virgen asume un papel protagónico al ser la encargada de repeler la agresión animada por los abusos tanto de las autoridades civiles, pobladores y del clero. “Hay gente que ya no es católica, se cambio de religión pero a la virgencita la siguen respetando” afirma Lorenzo, hombre de edad avanzada, vendedor de artículos de cuero con más de una década instalado en las cercanías de la entrada principal del inmueble.

Si bien es motivo de fiesta, “con la virgen hay que estar bien, hay que respetarla, ella nos ayuda pero también puede castigarnos” comentó Lorenzo, quien compartió con algunas personas a su alrededor parte de la tradición oral que denota sumisión hacia “La generala” como también se le conoce a la Virgen de la Caridad en Latinoamérica por su cercanía en acontecimientos bélicos.

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