Como cada seis de agosto, los habitantes del barrio de El Cerrillo, el más pintoresco y uno de los más antiguos de San Cristóbal de Las Casas, se visten de fiesta para celebrar el día consagrado al Señor de la Transfiguración, advocación cristiana a la que acuden cientos de creyentes.
Desde los primeros minutos del día, la cohetería anuncia al resto del Valle de Jovel, el día de fiesta para los vecinos de El Cerrillo, demarcación tradicional que en sus estrechas y arremolinadas vialidades, resguarda costumbres y oficios desde épocas de la colonia, y que a pesar del paso del tiempo y los nuevos estilos de vida, se resisten a desaparecer.
La novena y los maitines son parte de la celebración, para llegar al día consagrado al Señor de la Transfiguración, que recuerda la escena donde Jesús, en la cima del monte Tabor, vestido de gloria, habló con Moisés y Elías ante sus tres discípulos preferidos. Por lo que a lo largo de la jornada se efectúan diversas celebraciones eucarísticas donde se brinda la primera comunión a los niños de esa zona y el sacramento de la confirmación a los jóvenes, además de recordar a quienes han fallecido y pedir por la salud de los creyentes.
Basta caminar por las calles, algunas de ellas aun empedradas, y observar las fachadas arregladas por sus moradores con flores de papel y follaje, en donde se alcanza escuchar música de marimba en torno a las familias que para esta fecha especial preparan mole, sopa de pan, chiles rellenos y otros platillos que la tradición en la cocina regional señala son para los días de fiesta.
En la explanada del templo, hoy parque de la marimba que a los Hermanos Domínguez, se ofrecen dulces tradicionales, curtidos y otros antojitos, de igual manera se realiza la presentación de grupos musicales que animan el carácter festivo de esta fecha.
En la actualidad, vale la pena mencionar, el barrio de El Cerrillo resguarda en su territorio a galerías de arte como La Santa, Elisa Burkhard, La Dolorosa y Studio Cerrillo, además es uno de los sitios preferidos para vivir por quienes llegan de fuera a tierras joveleñas.
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