PEREGRINOS DE LOS ALTOS DEMUESTRAN SU DEVOCIÓN A LA VIRGEN DE LA CARMEN

Traen consigo flores y follaje para las festividades.
Una de las tradiciones que permiten observar la fusión de culturas es la que se vive en San Cristóbal de Las Casas, en la víspera de las festividades de la Virgen del Carmen, con la llegada de peregrinaciones provenientes de poblaciones indígenas de los Altos de Chiapas.

Desde temprana hora cientos de personas, en su mayoría mujeres y niños parten de sus comunidades hacia el Valle de Jovel, trayendo consigo flores, plantas y follaje que servirán para adornar el exterior del templo del Carmen con motivo a la celebración que año con año se realiza en honor de la virgen, igualmente venerada por los sancristobalenses que por los indígenas de los municipios circundantes que demuestran su fe a través de sus rezos, música y procesiones.

En ese mismo sentido vale la pena señalar la labor que desempeñan las integrantes de la “Orden Seglar Carmelitana”, grupo de señoras que entre otras actividades se dan a la tarea de recibir a los visitantes ofreciéndoles alimentos, en esta ocasión calabaza, pan y atole, que adquieren gracias a la colaboración de algunos vecinos del templo y de ellas mismas que absorben los gastos para atender a los peregrinos que a manera de ofrenda dejan adornado el atrio con enramados y flores cultivadas por ellos mismos.

Una más de la tradiciones que rodean a la Virgen del Carmen es la “salida” que realiza a diferentes comunidades, este año le correspondió al municipio de Chamula en donde a lo largo de tres días, del 13 al 15 de julio, los indígenas tsotsiles alojaron en sus parajes a la virgen para posteriormente regresarla ataviada con sus vestimentas tradicionales, en una procesión que arriba con el amanecer a tierras joveleñas, ceremonia que muestra el sincretismo entre la creencias traídas por los europeos y las de los antiguos pobladores de estas tierras.

Finalmente es importante señalar que el templo ubicado a un costado del arco estilo mudéjar, icono de la ciudad, hoy en día ha recuperado su esplendor después de que en 1993 un incendio causará incontables daños a la estructura y piezas de arte sacro resguardadas en el inmueble.